Colorantes artificiales: cómo crear una experiencia completa de sentidos a través de la comida

Colorantes artificiales: cómo crear una experiencia completa de sentidos a través de la comida

Los colorantes artificiales pueden dar la impresión de ser dañinos al aparecer en la misma oración junto a la palabra “comida”. Sin embargo, no lo son. En realidad, cumplen una función mucho mayor que sólo agregar un toque de color al platillo. Son una forma muy efectiva de asegurarse que personas como tú y yo elijamos un ingrediente sobre otro. Veamos cómo funcionan…

La naturaleza no se equivoca, simplemente se divierte. Resulta que con nosotros, creó sistemas tan complejos, que aún no hemos llegado a descifrarlos todos. Pero de lo que sí estamos seguros, es que cada parte, cada miembro, célula en nosotros, cumple una función específica. Recuérdalo cuando pases frente a un puesto de comida que ha captado tu vista. Quizá el olor no sea tan fuerte, pero sin lugar a dudas, un vistazo a ese platillo que tanto es de tu agrado permite que una sensación de antojo llegue a ti con rapidez.

El cuerpo humano es una gran maravilla que logra cosas aún mucho más sorprendentes. Personajes en todas las áreas nos lo demuestran constantemente a través de la historia. No hay una sola persona que no haya sobrepasado expectativas en un campo en específico: ciencia y arte, en todas y cada una de sus ramas, cuentan con nombres reales y comprobables que han hecho de nuestras vidas, unas vidas mucho más enriquecedoras.

Pero lo que todos estos grandes personajes tienen en común es su mismo estado físico, es decir, que no importa qué tan fuertes o completos se encuentren, son personas al final de cuentas, que responde a estímulos y demás, como lo hace una persona.

La diferencia principal que tenemos con los animales es que nosotros razonamos, al menos, en un grado mucho mayor que ellos. Resulta que además de esto, nuestras características físicas son parecidas a algunas especies del reino animal. Quizá la naturaleza quería que sintiéramos compasión o empatía entre nosotros y con nuestros primos, los animales.

Los sentidos, que son raíz de muchas experiencias tanto placenteras como no muy placenteras, y de muchos aprendizajes, son una parte compartida de los animales. Con las plantas, en cambio, no hay mucha similitud prácticamente en nada. Eso no les resta a ellas o a nosotros ninguna importancia en este mundo. Pero eso sí, tanto para ellas como para tú y yo, los sentidos juegan papeles de suma importancia en nuestras experiencias y aprendizajes, como lo hemos ilustrado anteriormente en nuestro ejemplo del puesto de comida.

Por eso, seguramente has notado cómo en los últimos años se ha hecho un énfasis tremendo en la consecución de fines a través del uso de los sentidos. Tanto la mercadotecnia como otras áreas han enfatizado la importancia de evocar con los sentidos, todos y cada uno de ellos.

Con la comida, por supuesto el gusto y el olfato juegan papeles casi obligatorios en la preferencia. Sin embargo, la vista y hasta el tacto se están peleando el segundo lugar. Ya sabes lo que dicen: de la vista nace el amor. Así que, siendo seres altamente visuales, hay que considerar un aspecto bello, estético, atractivo, para llamar la atención en cualquier aspecto nutritivo.

Como comentábamos previamente, las personas, los seres humanos, somos básicamente un mismo modelo con pequeñas diferencias. Lo mejor es que si sabes cómo apelar a su atención, ya tienes al menos un cincuenta por ciento ganado.

La vista es el sentido que más utilizamos generalmente (a excepción de aquellos que por supuesto, no pueden ver), y por lo tanto, es uno de los sentidos en los que más confiamos. La primera impresión suele ser de lo más acertada en la mayoría de los casos. De hecho, es muy difícil cambiar esta primera impresión, una vez que ya está forjada en la memoria. Por eso es importante crear una excelente primera impresión.

Es aquí donde entran a jugar los colorantes artificiales con los sentidos de las personas. Los colorantes artificiales incitan, por medio de la vista, el antojo y el gusto. Quizá suene un poco engañoso, pero es una de las formas en que se puede permitir un máximo deleite de los sabores. Como sabes, todo dentro de nuestro cuerpo está conectado. Tú no disfrutarías de un alimento tan plácidamente con tu lengua, si tuvieras problemas para respirar. Lo mismo sucede con la vista: no tendrías semejante antojo de cualquier platillo si antes no requiriera atención de tus ojos y los enamorara.

Es así como un colorante artificial salva el día: permite que los alimentos luzcan mucho más atractivos y suculentos para terminar en las papilas gustativas de las personas. No importa qué tan vegano eres, qué tanto gusto refinado tienes, eres una persona y como persona, tienes impulsos o tomas decisiones basadas en tus sentidos. Lo mismo todos esos personajes famosos de la historia. Es decir, funcionamos visualmente y es lo que la naturaleza eligió para nosotros. ¿Por qué discutirlo? No comerías algo que luciera echado a perder ¿cierto? Los colorantes artificiales permiten que tu gusto continúe dándote los pequeños gustos culposos (y no tan culposos) que de otra manera quizá sería imposible.

Si quieres comprobar esto, tan sólo necesitas acercarte a nosotros, Farbe, quienes ponemos los colorantes más adecuados a tu disposición, justamente aquellos que permitirán que tus ingredientes y comidas luzcan sanos y yommicientos. Tenemos una gran variedad de tonos para que encuentres el tono ideal de acuerdo a cada objetivo nutritivo.

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